Una opción o alternativa es una respuesta ante un estímulo. Por ejemplo, si tengo hambre puedo irme a comer o esperar un poco más. Si decido comer, puedo picar alguna cosilla para matar el gusanillo, puedo comer algo dulce, algo salado, algo sano, algo hipercalórico, fruta…
- Si tengo dos alternativas estoy ante un dilema ¿como del todo o picoteo algo?
- Si tengo tres o más (como, espero, bebo agua, tomo una manzana, etc., me siento más libre y menos tenso.
La flexibilidad es tener diferentes opciones o respuestas ante un mismo estímulo. Cuando estás haciendo dieta y te planteas que a estas horas siempre te tomabas una cervecita con unas patatas fritas y unas aceitunas en un bar con unos amigos, la tendencia es que vuelvas a esas costumbres. Sin embargo, si cuando te planteas la idea buscas alternativas para ese momento, tendrás más opciones de éxito.
Una alternativa podría ser hacer algo que lleves tiempo deseando aprender, por ejemplo patinar. Puedes quedar con tu pareja, amigos o simplemente irte solo al parque del Retiro a patinar. Haces ejercicio, algo divertido, disfrutas del aire libre y al final te sientes mejor contigo mismo. Has encontrado una opción que te divierte, te mantiene en forma, y te sientas orgulloso de mantenerte firme en tu propósito de cuidarte para sentirte mejor y apoya tu dieta. Este es un ejemplo pero seguro que si te pones, se te ocurren muchos.
El imaginar cosas diferentes es un músculo a ejercitar, cuanto más lo hacemos, mejores resultados obtenemos, más variedad de opciones y menos estrés nos origina el tomar decisiones ¿por qué?, porque ya no te tensas con sólo dos opciones. Puedes generar alternativas que sean más «ecológicas» con quien tú eres y lo que tú necesitas en ese momento. Comienza hoy con algo para ti, para tu trabajo, para dar salida a ese tema que tienes en la cabeza dándole vueltas, y sigue tu plan.
En próximas entradas, trataremos algunos ejercicios para desarrollar el pensamiento lateral, la capacidad de generar nuevas opciones de forma imaginativa.