8 comentarios en “La suerte es una actitud”

  1. Si, pero…….,
    Sería necesario conocer el futuro inmediato para poder decidirnos por una acción u otra. Incluso así, el futuro a medio plazo nos puede estar esperando con un callejón sin salida.
    Si aplicamos la lógica para decidir, la cagamos. Por lógica, núnca es lo que pensamos.
    Si aplicamos el sentido común, (el menos común de los sentidos), no nos arriesgamos.
    Si lo hacemos sin pensar, lo dejamos a la suerte. 50% de probabilidades de que salga mal.
    La omisión de acción puede algunas veces hacer que se nos presente ante nosotros la oportunidad. Por ejemplo, llegas a la parada del autobus, y esperas. Sin duda llegará (el autobús). Pero esto implica que estás en el lugar adecuado en el momento preciso, ( a las tres de la mañana, No llegará el autobus, incluso pongamos mucha fe).
    Así que llegamos a que hay que usar la inteligencia. Eso ya está más crudo. Todos somos muuuuy listos y sabemos lo que hay que hacer en cada momento, por eso tras esperar el autobús media hora, cogemos un taxi porque no viene y al arrancar éste, vemos que llega el autobús.
    La inteligencia en un mundo con tantas variables como éste, se puede limitar sólo a la probabilidad. Si la probabilidad nos parece alta, lo hacemos, si no pues no. Pero, como no hemos calculado realmente la probabilidad, sino que lo dejamos a lo que pensamos que es un cálculo fiable, o sea la suerte, pues pasa lo que pasa, que igual sale mal o muy mal.
    Resumiendo, la suerte no se puede buscar…. bueno, si se puede buscar, pero no sabemos si la que encontraremos será buena o mala, con lo que bifurcamos en el concepto de bien y mal, conveniente o inconveniente… (temas muy largos y abstractos), lo dejamos a un cálculo probabilístico hecho con una infinidad de valores los cuales nos hemos inventado o supuesto.

    Mi consejo a los buscadores de suerte es que abran bien los ojos, agudicen los reflejos, no se dejen llevar por las emociones ni las apariencias, estén dispuestos a dar marcha atrás en el momento necesario y sobre todo que tengan claro que la suerte no distingue entre miedos y deseos, que cuando se fija un objetivo con suficiente voluntad, ya sea un miedo o un deseo, se llegará a él, no importa el camino que sigamos, por eso hay que tener mucho cuidado con los deseos y los miedos.

    1. Gracias por tu aportación Paco. Has analizado la lógica, el sentido común, probabilidades, la inteligencia… ¿qué piensas en este vídeo que le funciona al protagonista?. Mi experiencia me dice que cuanto más abres los ojos, más agudizas los reflejos, y más te abres a que puedan surgir nuevas oportunidades, más ocurre eso que llaman SUERTE. Tal vez tenga más que ver con un estado de ánimo. ¿Cuándo tienes suerte tú?. ¿cuándo se ha producido la suerte en tu vida?, ¿cómo estabas tú?, ¿cuál era tu actitud?, ¿qué hacías, veías, sentías que te funcionó?. Álex Rovira tiene un libro muy interesante sobre el tema. Se llama «la buena suerte». Suerte!. Y gracias

      1. Realmente creo que le funciona la inteligencia.
        Conoce el caracter humano y usa el factor sorpresa para sacar partido a las situaciones que se presentan mal.
        La suerte no entra en juego, porque se le presentan los mismos problemas que a su doble, sólo que el los resuelve de otra manera.
        La lógica no es aplicable, porque el resultado depende de cómo reaccionen los demás.
        El método que usa es muy bueno porque da por hecho que le va a salir bien, así, al no preguntar al otro si puede o no puede hacer algo, lo pone en una situación en la que le resulta muy dificil decirle que no.
        Este método es el que usan todos los jefes del mundo con sus empleados.
        «Esta tarde te quedas a dar horas, no?» (Orden encubierta de pregunta)
        «A ti que no te cuesta trabajo rellenar los formularios, rellename estos 5000.» (Adulación y orden).

        Es muy facil resistir los impulsos cuando alguien te insulta, pero muy dificil resistirlos cuando alguien te adula.

        Muuuy util conocer este método, sobre todo para no caer en el.

        Un saludo.

    1. Cuando alguien va a emprender una acción, sólo puede realizarla sin dudar del resultado si no le importa el resultado. Esto no quiere decir que le de igual que salga bien o mal, sino que los problemas que puede generar que salga mal son despreciables con respecto a las ventajas de que salga bien.
      Lamentablemente, damos mucha importancia a nuestro ego, y todo lo que pueda dañarlo lo consideramos un mal mayor que no podemos soportar, por eso ante el miedo a hacer el ridículo, nos quedamos sin actuar muchas veces. Ante el miedo a que nos crean débiles o sin personalidad, no pedimos perdón cuando tenemos que hacerlo.
      Ante el miedo a que nos crean impertinentes, desagradecidos, o cualquier otra cualidad que no queremos tener, no decimos «no» a multitud de cosas.
      Y así, todo lo relacionado con el ego nos impide actuar libremente sin dudas.
      Por tanto, si esa persona no tiene dudas de que le saldrá bien, es porque si le sale mal, no tiene nada que perder, su ego no es el que manda en sus acciones, sino su parte práctica, que como en casi todos los humanos está dedicada a vivir el instante, buscando emociones para suplir a las que ya no nos emocionan y no a procurar una vida tranquila en la que nos emocionen las cosas simples y maravillosas que tenemos dia a día ante nuestros ojos. Dicese por ejemplo, el mirar una flor en su plantita sin el impulso de cortarla y llevarnosla a casa, simplemente disfrutando de su visión y sintiendo que está viva.
      Creo que me disperso 🙂
      Fin pues.

    1. Cuando alguien va a emprender una acción, sólo puede realizarla sin dudar del resultado si no le importa el resultado. Esto no quiere decir que le de igual que salga bien o mal, sino que los problemas que puede generar que salga mal son despreciables con respecto a las ventajas de que salga bien.
      Lamentablemente, damos mucha importancia a nuestro ego, y todo lo que pueda dañarlo lo consideramos un mal mayor que no podemos soportar, por eso ante el miedo a hacer el ridículo, nos quedamos sin actuar muchas veces. Ante el miedo a que nos crean débiles o sin personalidad, no pedimos perdón cuando tenemos que hacerlo.
      Ante el miedo a que nos crean impertinentes, desagradecidos, o cualquier otra cualidad que no queremos tener, no decimos «no» a multitud de cosas.
      Y así, todo lo relacionado con el ego nos impide actuar libremente sin dudas.
      Por tanto, si esa persona no tiene dudas de que le saldrá bien, es porque si le sale mal, no tiene nada que perder, su ego no es el que manda en sus acciones, sino su parte práctica, que como en casi todos los humanos está dedicada a vivir el instante, buscando emociones para suplir a las que ya no nos emocionan y no a procurar una vida tranquila en la que nos emocionen las cosas simples y maravillosas que tenemos dia a día ante nuestros ojos. Dicese por ejemplo, el mirar una flor en su plantita sin el impulso de cortarla y llevarnosla a casa, simplemente disfrutando de su visión y sintiendo que está viva.
      Creo que me disperso 🙂
      Fin pues.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio