A lo largo de la historia, el ser humano siempre a entablado batallas. Cada civilización, cada época, tiene su guerrero. Hoy en día también tenemos nuestras guerras particulares, las de cada uno, las del día a día y las de los demonios de la duda sobre si lo que hacemos es lo correcto. A veces vamos a la batalla luchando a sangre durante mucho tiempo y dejamos poco para establecer la estrategia y para valorar si esa guerra nos merece realmente la pena.
A veces necesitamos un poco de espacio y otro poco de tiempo para renovarnos. Hace unos meses, aprovechando el nacimiento de alguien muy importante para mí, me propusieron un viaje. En pleno ajetreo de ir a la guerra, el irme a África parecía más una retirada que otra cosa. Ahora me doy cuenta de que esa retirada, la he convertido en una victoria.
Me he dado cuenta de varias cosas:
- Que a veces, es más importante el ingenio que la fuerza . Estaba en África y aún así he contratado servicios de alquiler de salas para próximas actividades, he escrito mis posts, he tenido sesiones con clientes, he seguido creando programas… he agudizado el ingenio para conseguir lo que necesitaba y eso me da la seguridad de que puedo ir a donde quiera porque lo importante está dentro de mí. El resto lo puedo conseguir.
- Qué lo más importante es saber para qué estás ahí, qué es lo que quieres. Estos días me han permitido reconectar con mi misión, qué es lo que he venido yo a hacer, qué es lo que voy a aportar. Eso se nota cuando te apasiona lo que haces y vibras en cómo lo haces. Cuando tienes clara tu misión, sabes que esa es tu guerra y cuando es tu guerra, sabes para qué estás allí, sientes que tiene sentido y luchas hasta la victoria por tu honor y por tus principios. Lo triste de las guerras, es que a veces te reclutan y ni siquiera sabes cómo puñetas llegaste a hacer lo que estás haciendo. Si sales al campo de batalla sin saber qué haces allí, puede que esa no sea tu guerra, que estés siendo utilizado por alguien para que esa persona consiga su fin, sin más. ¿Eres feliz con lo que haces y te sientes orgullosa en la forma con que lo haces?. Esa fue mi pregunta.
- Que una buena estrategia aumenta tus posibilidades de victoria. En ese momento, sólo tienes que encontrar tu estrategia, con qué armas te enfrentarás al enemigo, como te acercarás a él. Si no tienes estrategia, eres hombre muerto. Si piensas antes de actuar, tus posibilidades de victoria aumentan. Cuando tienes claro el para qué, siempre se encuentra el cómo.
- Que nunca pierdes el tiempo cuando te lo dedicas a ti. Más vale parar por unos minutos, días o meses para tomar conciencia de qué estás haciendo que gastar toda tu munición disparando al aire o a un objetivo erróneo.
Este mes que he estado fuera no tenía este objetivo, pero paseando al Alba por la playa en estos días, además de corales y conchas, he encontrado mi bandera, me he recargado de munición y voy a la lucha hasta la victoria. Esta retirada ha resultado ser una Victoria. Ahora ya estoy en condiciones de volver a unirme a mi tribu para luchar porque los demás también encuentren ese para qué estás luchando. Gracias Victoria por esta retirada.