Decía Henry Ford, tanto si crees que puedes como si crees que no, estás en lo cierto. ¿Sabes porqué?. Porque lo que creemos sobre nosotros y nuestro entorno, configura nuestra realidad, nuestra vida. Cuando crees que algo es posible, que puedes hacerlo, no lo dudas, lo haces, por eso es realidad ; cuando crees que no puedes hacerlo ni lo intentas hospiciándote
en que no es posible o si lo haces, es casi sin fuerza y queda fustrado. Piensa en alguna de tus creencias y evalúala y puede que comprendas mejor cómo eres y cómo es tu vida.
¿Cómo se generan las creencias?
– Unas aparecieron como resultado de una experiencia. Si además se da alguna vez más esa misma experiencia, utilizamos nuestra capacidad de generalización y aparece la creencia. Por ejemplo: todos los andaluces cuentan muy buenos chistes (no quiero ser yo quien tire este mito por tierra, pero si queréis descubrir que es una generalización, os cuento un chistecito).
– Otras creencias nos vinieron heredadas por nuestros mayores de los que aprendemos cuando aún no tenemos criterio propio, actuando así como nuestro sistema de referencia. Si oimos «hay que hacer la digestión después de comer o se te corta la digestión», puede convertirse en una creencia tan arraigada que si no nos atrevemos a probarla, pasaremos nuestra vida esperando dos horas después de comer. Piensa si esa creencia es realmente tuya o es heredada.
– Otras son generalizaciones que oimos continuamente en la calle o en los medios de comunicación. Las oimos tantas veces que ni siquiera las cuestionamos pasándolas por nuestro filtro de lo verdadero o falso. «todos lo políticos son unos ladrones». ¿todos, todos?. Cuanto más compartimos estas opiniones, más se afianzan.
Creencias potenciadoras vs. creencias limitadoras
Existen creencias que nos ayudan, nos impulsan, nos hacen imaginar una vida mejor, nos son útiles y nos potencian. Por eso se llaman CREENCIAS POTENCIADORAS. Por el contrario, otras nos frenan, nos hacen creer que algo no es bueno, no es posible, o generan en nosotros energías que no nos ayudan, si no que por el contrario nos limitan, nos impiden los logros que queremos para nuestra vida. Son las CREENCIAS LIMITADORAS.
En el coaching tenemos nuestras creencias que se convierten en nuestro código de comportamiento con nuestros clientes. La base del coaching es potenciar a la persona que tienes frente a ti y para eso tienes que creer sin reservas en ella y sus capacidades. Por eso, creo:
– Que si quieres algo, lo mejor es actuar. Puedo desear toda la vida algo pero si no te pones a ello, si no te arremangas y empiezas a trabajar en ello, se quedará simplemente en eso, un deseo. Crees que tu objetivo, crees que es posible y te pones a ello con todas tus energías. Creer para crear.
– No hay fracaso, sólo resultados no deseados. Thomas Alva Edison hizo más de cien intentos antes de lograr una bombilla que realmente funcionase y cuando le preguntaban cómo había hecho para seguir adelante después de tantos fracasos, respondió que porque después de cada intento, tenía nueva información sobre qué no había funcionado y por tanto, tenía otra razón para volver a intentarlo. Sólo habría fracasado realmente si hubiese decidido no seguir intentándolo.
– Tenemos todos los recursos que necesitamos o podemos crearlos o conseguirlos.
– Todo comportamiento tiene un propósito. incluso aquellos comportamientos que pudiéramos considerar perjudiciales para nosotros mismos como fumar.
Siempre nos movemos hacia algún objetivo aunque no seamos conscientes. Si tú no te marcas tus objetivos, otros lo harán por tí.
– Las personas lo hacemos lo mejor que podemos en función de los recursos con los que contamos en ese momento y aún lo podemos hacer mejor.
Creamos nuestra popia realidad. somos los creadores de lo que hacemos, tenemos y nos rodea.
– Tener alguna opción es mejor que no tener ninguna. Cuantas más opciones generemos, más posibilidades.
Ahora vienen las más relacionadas con el proceso concreto de coaching.
– El coaching es una asociación igualitaria y sinérgica.
– Las relaciones son más que la sema de sus partes. El poder de conexión entre varias personas es mayor que la de cada una por su parte.
– El cliente tiene todas las respuestas.
¿Cómo puede ayudarte el coaching para tus objetivos?. Si partes de creer en la personas sincera y plenamente y conoces la forma en que puedes cambiar una creencia limitante por otra potenciadora, ayudas a tu cliente a conseguir lo que quiere para su vida.