Hace cinco años, viendo que lo que lo que hacía ya no me divertía como antes, me planteé hacer un cambio que me hiciese de nuevo feliz. Como no sabía muy bien cómo hacer este cambio yme habían dicho que para que se cumpla un deseo, hay que encomendarlo a un especialista, recurrí al hada de los deseos. La cosa es que me quedé muy sorprendiday os voy a contar porqué. Pensé que era cosa de explicarle qué quería y que me lo concediera y ya está pero en realidad tuve varias entrevistas con ella para conseguir mi deseo.
En la primera entrevista,. ¿sabes que me dijo?. Me dijo que estaba muy, pero que muy ocupada, que todo el mundo le pedía deseos y que andaba con prisas, que si no le dejaba claro qué quería, difícilmente me lo podría dar. Ella no era adivina. Tenía que ser claro y específico y sólo tenía una oportunidad. Como es un hada buena, me dio algunos ejemplos de deseos bien establecidos: «Quiero perder 5 centímetros de cintura en 3 meses corriendo una hora lunes, miércoles y viernes de 7 a 8 de la mañana y haciendo yoga los miércoles y sábados en clase de 18 a 19:30». «quiero ahorrar los 5.000 € que me quedan para comprarme el new beatle que me gusta de aquí a marzo de 2015 guardando las pagas extraordinarias y reservando 200 € cada mes de mi sueldo», o «quiero conseguir ese puesto de coordinadora disponible para septiembre de este año, de forma que en abril de 2017 ya tenga mi posición asentada y pueda tener a mi bebé».
Clave 1 para que te atienda el hada de los deseos: Definir tu deseo y preguntarte qué quieres conseguir
¡Menudo trabajo!. Definir de forma precisa qué es lo que quieres conseguir. Además me dijo que es importante ser realista con un puntito de reto, (realista para que no sea una cosa imposible y retante si no quieres obtener lo de siempre). Me lo escribí y me lo puse en un sitio donde pudiera verlo cada día, para que mi compromiso quedase patente. Entonces llamé de nuevo al hada y tuve la segunda entrevista con ella. Me quedé de piedra cuando me dijo «vale y ¿para qué quieres esto?». ¡Menuda pregunta!
Clave 2 de los deseos. Pide con una razón, busca el ¿para qué?.
En mi vida había veces que había hecho las cosas porque las hacían los demás, porque me decían que era lo que tenía que hacer, o era lo que se esperaba de mí … Noooo. Esta vez se trataba de ver qué me iba a aportar esto a mí, cómo me iba a afectar en mi vida, qué tenía esto que ver conmigo, con quien soy y con lo que es importante para mi. Y me di cuenta de que otras veces me habían fallado mis planes porque no tenían que ver conmigo, porque no me había preguntado qué iba a conseguir yo. Como no obtenía un beneficio importante para mí, no luchaba por ello antes que nada.
Cuando ya tenía mi para qué se presentó el hada de nuevo y me regaló una brújula. Me dijo «cuando te sientas perdida, vuelve a tu brújula, a tu para qué, y encontrarás el camino». Luego, me hizo otra pregunta. ¿Cómo piensas conseguirlo?. Aquí sí que me descolocó. Vamos a ver, ¿no eres tú la que concede los deseos?. Ah pues yo pensaba que pidiéndotelo a tí, ¿¡cómo va a ser si no?!. El hada me miró y me dijo, ¿acaso dudas de que puedes conseguirlo por ti misma?, ¿tan poca fe tienes en ti que piensas que la solución te la van a dar otros?. Bueno, en realidad claro que podría intentarlo, le dije. Pues piensa cómo lo harás, me respondió. Y se marchó.
Clave 3 de los deseos. Cómo piensas conseguirlo.
No esperes que el universo te lo dé hecho, échale una mano. ¿Puedes hacer un rompecabezas de 500 piezas si no has visto antes la foto o el dibujo?, ¿cómo lo haces antes y más fácil con la foto o sin ella?. Me puse a pensar: con qué herramientas cuento, qué necesito para conseguirlo. Algunas estaban ya en mi (mi compromiso, mis ganas, mi capacidad de organización, mi capacidad de persuasión, mis conocimientos, mi experiencia…), otras las tenía que conseguir (materiales, herramientas, financiación, colaboradores, un lugar, permisos… todo).
Luego, el hada apareció de nuevo y me dijo «ahora con todo ello, dibuja tu mapa del tesoro, poniendo qué camino seguirás en cada momento para llegar a tu deseo, a tu tesoro: qué haría en cada momento, qué necesitaba y cómo podría medir que lo iba consiguiendo. 
Tenía mi propio mapa del tesoro diseñado por mi. Y me di cuenta de que sin un buen mapa, no llegas a ninguna parte, se queda en una bonita ilusión.
Ahora, mi hada de los deseos, me visita de vez en cuando para ver cómo voy. Me felicita por mis logros y me pregunta qué podría haber hecho diferente cuando algo no sale bien. Trabajar con ella es un gustazo. Siento que con su apoyo, disfruto de hacer realidad mi deseo y lo valoro aún más, porque lo estoy consiguiendo por mi misma. Cuando terminemos, ya sé qué cada vez que tenga un deseo en mi vida, no tendré que recurrir a un hada, sino que me habré preparado para ser mi propia hada madrina. Esto es el coaching. Y esto es lo que hacemos los coaches. ¿Te gustaría que fuese tu hada madrina?. Si es así, haz click aquí o contacta rellenando este formulario: