Esta mañana después de varios días de lluvia y cielos nubosos, ha amanecido un cielo limpio y azul, un día de primavera de los que apetece salir a la calle con ropa clara y ganas de respirar aire puro, sintiéndose libre, quitándose las ropas apretadas, las medias oscuras y dejando el paraguas en casa. He pensado, qué significa esta vestimenta en mi forma de salir a la calle. Si tuviese que traducirla en mi forma de actuar sería algo así como
– Actuar deliberadamente. Decidir conscientemente qué quiero hacer y actuar con arreglo a ello. Basta de excusas, no hay excusas. Es lo que quiero, es lo que hago.
– Vivir sin necesidades. Si no necesitase absolutamente nada en este mundo, sería totalmente libre. Si puedo vivir con lo que teng y disfrutarlo, no tendré tristeza ni ansiedad por lo que no tengo. Puedo desear más, pero no sentir que lo necesito, simplemente que lo deseo y como lo deseo, voy a por ello. La necesidad crea agobio, preocupaciones que parten de tu cabeza (necesito, necesito, necesito..). Cuando deseas algo, lo visualizas, lo sientes, parte de tu corazón.
– No dar el protagonismo a los que te limitan y te quitan la energía. Si puedes, apártate de los vampiros emocionales. Si no puedes intenta pasar el menor tiempo posible a su lado y entiende que ese es su pensamiento, su creencia, su forma de ser y que el tuyo es otro, positivo, activo, enérgico. La energía es como el agua, está para canalizarla y calmar la sed, no para perderla.
– Decir NO sin sentirte mal. Para poder acuparnos de nuestros proyectos, nuestras ilusiones, nuestra felicidad, hemos de ser capaces de decir NO a todo aquello que nos limita y nos pone tristes, apáticos, desilusionados… decir no a los proyectos de los demás que van en contra de los nuestros, de las propuestas de otros que van en contra de nuestros valores, de los ladrones de energía. Diciendo no a cosas, dices si a otras. Sólo hay que valorar qué pesa más y tomar la decisión. Eso sí, siempre con una sonrisa.
Buen día de primavera