Mío, tuyo, de dios. Ecología emocional

Ahora que es verano, soy más consciente del desgaste energético que tenemos durante el día. Hace calor, el día es más largo, con más actividad y nuestro cuerpo, que es muy inteligente, dosifica en lo importante, sobrevivir a pesar de las altas temperaturas. ¿Hacemos nosotros lo mismo? ¿Nos centramos en lo importante para no derrochar nuestra energía y nuestro tiempo?. Para mí, esta pregunta ¿mío, tuyo o de dios?, me ayuda a optimizar recursos y energía.

Todos tenemos asuntos que nos preocupan: la salud, el futuro de los hijos, el trabajo, la pareja, la economía, la corrupción política, el hambre en el mundo… Sobre algunas de ellas como el hambre en el mundo, el peligro de guerra o el tiempo que hará mañana, no tenemos ningún control. Eso es de dios. Está fuera de nuestro círculo de influencia.  Cuando centramos nuestros esfuerzos en ellas, sólo conseguimos fustrarnos. Sobre otras como la corrupción, el futuro de los hijos o mi salud, aún podemos en alguna medida tener un margen de actuación. Si puedo ocuparme de ellos para tener resultados, son míos. Si sólo puedo preocuparme por ellos, son de dios

Puedes ocuparte de una parte del futuro de tus hijos, de que se eduquen en el mejor centro que puedas permitirte, que conozcas su evolución entrevistándote con sus profesores, ayudarle con los deberes, el inculcarles el amor por la curiosidad, por querer conocer, por mejorar, eso está en tu mano. Es tuyo. El que finalmente elijan aprovechar todo eso, es cuestión de ellos. Si no aprenden a responsabilizarse de lo que les toca ¿cuándo crees que lo harán?. Ser adulto implica ser responsable de tu vida, de tus decisiones y de tus actos y eso, requiere un entrenamiento. Cuanto más lo tengan entrenado, más fácil les será. Ayúdales a que se responsabilicen de lo suyo. La confianza es clave para mejorar. Decía Goethe “Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser.”
Igual si tienes personas a tu cargo. En la medida en que puedes contribuir sin interferir, es asunto tuyo. Si te ocupas de lo que es asunto suyo, le quitas la magnífica oportunidad de aprender, crecer y mejorar. Si un capitán se ocupa de limpiar la cubierta, arriar las velas y hacer la comida ¿quién se ocupa de fijar el rumbo y llevar el barco a puerto? ¿Qué hacen los marineros mientras, si saben que el capitán está a cargo de la limpieza, el mantenimiento y la comida?

A veces nos ocupamos demasiado de los demás para no ocuparnos de nosotros mismos, de lo que nos toca. Es más fácil pensar y decir a los demás, que hacer tú. Sin embargo, tiene un alto coste, estar cansado, estresado, preocupado y no disfrutar de tu vida. Seamos más eco-lógicos, optimicemos nuestros recursos, tiempo y emociones.

Hacernos responsables de nuestras vidas, ocuparnos, nos da poder; preocuparnos nos lo quita. No te preocupes, ocúpate.

Querer a una persona, es darle la oportunidad de que se haga responsable de su vida, sus decisiones y sus actos.

¿Esto es mío? Me ocupo

¿Es tuyo? Ocúpate tú

¿Es de dios/universo/destino? Está en sus manos

 

 

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