Me encantan los mercados y allá donde voy me gusta visitarlos. Aprendo mucho de las costumbres y la forma de ser de las personas del lugar en el mercado. El viernes pasado estuve en el Masai Market en Nairboi. Es un mercado al aire libre donde los masais y no masais (de otras tribus), llevan sus productos a vender: pulseras, figuras de madera de animales, kangas o telas típicas de las mujeres africanas… Te acercas, todos quieren ofrecerte sus productos, son muy simpáticos, te piden que te pares, te preguntan que de dónde eres, cuánto tiempo estarás, te dan su nombre y te dan el suyo. Quieren captar tu atención por todos los medios.
Según negocies, así tendrás
Una práctica habitual de los vendedores que en África sigue existiendo y que en España ya prácticamente se ha perdido, es el regateo, la negociación en su estado como estrategia de acuerdo de venta. El primer precio que te piden es exorbitado, como mínimo el doble y a partir de ahí se comienza a negociar.
Es muy interesante como se desenvuelve en la mayoría de las ocasiones. Te dan un super precio, (el que le gustaría obtener para ganar mucho). Si eres un musungu avispado, tú le ofreces un precio ridículo, (el que a ti te gustaría conseguir para que prácticamente te saliese regalado y así mantener tu bolsillo lo más lleno posible). A partir de ahí van acercándose una y otra parte hasta llegar a un acuerdo. Si finalmente el precio sigue siendo alto y el vendedor no lo baja, te marchas.
- Generalmente, sSi te has interesado por varios productos, y aún es un precio aceptable, entonces te buscan para que vuelvas. Si él gana, tu ganas con el acuerdo.
- Si has negociado y el precio no les permite ganar, entonces te dejan que te marches. Si yo no gano, tú tampoco
¿Negocias o te divorcias?
Esto tiene mucha similitud con lo que ocurre en nuestras vidas. Al principio intentamos captar la atención de la otra persona a toda costa, nos interesamos por ella, por saber cómo es, qué le gusta, con qué disfruta y complacerla… Luego comenzamos la relación y olvidamos lo verdaderamente importante de lo que aprendimos de ella, qué son las cosas importantes de la vida para ella, sus valores. Si hay una buena negociación, si hay un acuerdo por ejemplo en cuanto al tiempo que dedicamos a nuestras familias, amistades y trabajo, la pareja continuará. Si por el contrario uno se mantiene codicioso y el otro estafado, se rompe la negociación. Se rompe la pareja. Si ya has tenido una ruptura, analiza cuáles fueron esos valores que no se respetaron.
Negociar para lograr tus expectativas en el trabajo
Con el trabajo ocurre algo parecido. Al principio hemos negociado unas condiciones económicas, de horario, unos objetivos y generalmente, no hay negociación en cuanto a cómo quieres sentirte tratado, a qué esperas de la empresa con la que vas a trabajar en cuanto a tus expectativas de desarrollo profesional o de cómo esperas que sea el espíritu de trabajo.
Ya sé que no te sientas frente al headhunter, la entrevistador o el director y le dices “soy una persona a la que le gusta trabajar en equipo pero con autonomía en la parte que me toca. Me gusta tener como jefe a alguien con quien diseñe las pautas de trabajo y con quien revisar su evolución para conocer en qué medida se están cumpliendo nuestras expectativas…” o “para mí es muy importante mi vida familiar. Tengo dos hijos pequeños con los que quiero estar, por lo que estoy dispuesto a trabajar durante mi horario tan intensamente que pueda marcharme a mi hora con mi familia, porque para mí eso es importante” o “Me gusta la flexibilidad y me gustaría poder trabajar desde casa de vez en cuando y adaptarme a tal horario”. ¿Cuántas veces lo hacemos?, ¿Qué coste ha tenido o está teniendo eso en tu vida?. ¿Sientes que tu trabajo está siendo fiscalizado todo el tiempo con una presión que te parece ilógica?, ¿Sientes que no estás valorando tus capacidades o que te sientes estancado?, ¿Cada vez tienes menos tiempo para ti y tu vida fuera del trabajo?.
Si con lo que estás haciendo no te va bien, prueba a cambiarlo. Si no negocias lo que es importante para ti y valoras las expectativas del otro, puedes perder mucho . Aprender a negociar es la clave.