3 elementos clave para entrenar bien

He vuelto a mis entrenamientos en la bicicleta. Durante el invierno voy al gimnasio pero ahora en verano, aprovecho para disfrutar del aire libre por las mañanas.

Me he dado cuenta de que estando atenta a mi diálogo interno (a lo que me digo a mi misma, para aprender de mis pensamientos y para potenciarme) y atendiendo a mi cuerpo (cómo actúa, cómo se siente, cómo funciona), avanzo mucho. Todos tenemos esta sabiduría interna que solemos obviar por falta de costumbre y por no darle la importancia adecuada. Cosas que aprendí observándome:

1. Es importante marcarse un objetivo.

Marcarte un objetivo hace que tengas una motivación, que haya una razón por la que superarte y mejorar. Si simplemente lo haces por hacer deporte, tarde o temprano lo dejarás. Si te marcas un objetivo, una marca, tu motivación aumentará. Según John Whitmore, hay dos tipos de objetivos principales:

Asociados al fin: en relación con el objetivo final, pocas veces están bajo nuestro control absoluto. Por ejemplo ser la mejor en la próxima salida en bici. Es poco concreto y está en función de variables que no siempre controlo: por ejemplo el estado de forma de las personas con las que voy, el tipo de recorrido que sea, la climatología más o menos adversa para mi, etc.

Asociados al rendimiento: identifican el nivel óptimo para lograr el objetivo fijado. Por ejemplo, conseguir mi entrenamiento en bici de 25 km. diarios con una media de 24 km/h para el 15 de septiembre como máximo. Puedo ir midiendo día a día mis progresos y saber cuándo he conseguido mi reto. El lunes hice una media de 19,2, el martes 20,5, miércoles 20,6. Si algún día bajo el anterior, no pasa nada porque sé que estoy evolucionando y que mi objetivo es 24 km/h. para septiembre.

No te quedes sólo en establecer tu objetivo, pregúntate ¿cuánto estoy dispuesto a invertir en él?

2. Curiosear el cuerpo.

Cuando estoy haciendo ejercicios, estoy mirando continuamente a mi cuerpo, observo cómo trabaja con cada ejercicio, escucho qué me dice y curioseo qué ocurre si hago un pequeño cambio. Hay veces que un tramo determinado lo hago de pie, otras sentada, unas con más y otros con menos piñones. Es curioso porque esta información se va grabando día a día y de forma totalmente inconsciente y automática, voy eligiendo para cada tramo el que mejor se adapta a mi cuerpo.  El secreto está en no juzgarlo, sólo en experimentar, en preguntarte qué pasaría si… y sentir qué te responde el cuerpo. Cuento menos juzgues, mejor se incorporará la mejor vía.

3. Felicitarme

Sí, como lo oyes, cada día me felicito simplemente por haber sido fiel a mi compromiso y haber salido, y por haber estado escuchando mi cuerpo y por haber escogido buenas opciones, y por haber superado los momentos en que me quedaba sin fuerzas y por… me felicito mucho. Ese agradecimiento me quita la presión que en otras ocasiones me ha impedido avanzar. Si el mensaje es negativo, me empequezco y me desmotivo ; si el mensaje es positivo, me anima y sigo adelante. ¿significa esto que me miento?. Significa que me pongo en valor. A mí me funciona. Es cuestión de probarlo. Ya me he pasado muchos años de mi vida diciendo el famoso «por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa…»

«Si siempre haces lo que siempre has hecho, siempre obtendrás lo que siempre has tenido». Steven Hayes.

Te preguntarás, eso está muy bien para divertirse ¿y qué pasaría si fuese ciclista profesional y tuviese una competición en varios meses?.

¿Qué crees tú que pasaría si durante meses hubiese estado ajustando de forma consciente y automática al mismo tiempo mi rendimiento y hubiese generado una confianza completa en mi misma?. No por mucho preocuparte, las cosas salen mejor. Ahora es cuestión de que tú lo pruebes. Si quieres compartirlo, será un placer.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio