A menudo nos piden que nos involucremos en nuestro trabajo pero ¿qué implica involucrarse?. ¿Qué diferencia hay entre estar involucrado y comprometido?. Hace unos días encontré esta fábula que me parece muy esclarecedora.
“Había una vez una gallinita emprendedora que quería montar un negocio en la granja.
Como había cada vez más animales en la granja tuvo la gran idea de montar un restaurante. Para llevar a cabo su idea necesitaba un socio. Así que se dirigió hacia el animal que más confiabilidad le daba: el cerdito.
– Hola Cerdito – le dijo la gallina. Quiero abrir un restaurante en la granja y he pensado que tal vez querrías ser mi socio.
– No sé – respondió el cerdito. ¿Y cuál sería el plato estrella del restaurante?
– ¡Qué te parece “huevos con jamón”! – respondió la gallina.
– No gracias. Creo que tú estarías involucrada pero yo tendría que estar comprometido.»